Un aparato receptor GPS es un elemento fantástico que todo deportista outdoor debería incluir en su equipación. Le ayudará a trazar su ruta, a registrar la evolución encima de la bici, esquí fuera de pista, senderismo por la selva, a asistirle en un cruce, controlará su velocidad y le permitirá compartir rutas con otros aventureros. La función principal de un GPS no es decir dónde está, que lo hace, sino mostrarle el camino hacia dónde quiere ir. Y esto lo ejecuta indicando localización, distancia al objetivo, dirección del objetivo, rastreo de sus movimientos y reproducción de la ruta seguida...
Puede incluso darle la velocidad en la que está completando su ruta y la altura con respecto al mar. El dispositivo puede hacer todo esto porque recibe las señalas emitidas por onda de radio de los satélites en órbita, entre 25 y 32, y mediante un proceso conocido como trilateración, calcula su posición más o menos exacta, con un error de pocos metros, sobre mapas que ya tiene cargados en su software, mostrándole una imagen del mismo: “Usted está aquí”.
Lo primero y lo más importante a la hora de obtener un GPS es preguntar al experto que le va a atender en su tienda de referencia, es qué modelo cubre sus necesidades y respeta su bolsillo. En el mercado hay infinidad de instrumentos GPS, algunos altamente sofisticados, elegir el correcto le dará seguridad.
Si tiene un teléfono móvil 3G o 4G, tiene un GPS. Pero le aseguro que no va a querer usarlo en una aventura con riesgo de golpe o inundación. Mejor es que adquiera un GPS ligero con carcasa especialmente diseñada outdoor: estanca, anticaídas, transflectiva, que la pantalla se vea bien incluso con luz solar. Además, los GPS outdoor tienen función de navegación guiada por voz, muy útil para cuando se tiene ambas manos sobre el manillar de una bici, por ejemplo.
Por último, recuerde que un receptor GPS es un instrumento fantástico que aumentará su seguridad y mejorará la experiencia de la aventura, pero no reemplaza a un mapa, a una brújula y al estudio previo que hay que hacer de la zona antes de iniciar la ruta.
A un GPS se le puede agotar la batería, puede no captar los satélites, o lo puede romper en una caída. Ante tales circunstancias tendrá que sacar su mapa impreso y aplicar los conocimientos que tiene del terreno.